miércoles, 16 de enero de 2008

TODO UN REILÓN


Al promediar las 5 o 6 de la tarde, y sin que medie aviso alguno, desde las copas de los árboles del Bosque o rivera de ríos, surge una risa burlona casi casi escalofriante; si esto le pasa, no se asuste muy probable, que usted esté escuchando uno de los cantos del Macono (Herpetotheres cachinnans).
Este americano habita desde el norte de Mexico hasta el noroeste de Perú y norte argentino; en Bolivia podrá verlo y escucharlo en los bosques y pampas de Pando, Beni, La Paz, Cochabamba, Santa Cruz, Chuquisaca y Tarija, hasta los 900 metros sobre el nivel del mar.
Las hembras son más grandes, con un peso entre 600 y 800 gramos. El peso de los machos varía entre los 410 y 680 gramos. De longitud logra de 46 a 56 cm.
Se lo ve parado en las rama de árboles altos, desde donde ubica a su víctima, principalmente culebras, ratones, ratas y pequeños reptiles, que recoge de la vegetación. A las culebras o corales las golpea con sus patas, que son fuertes, les corta la cabeza con su pico y luego se las come.
El Macono es un gran aliado para las aves más pequeñas, quienes agradecen su gusto por las culebras que depredan sus nidos. claro y también nosotros tenemos que agradecerles, ya que también se alimenta de serpientes venenosas. Suele andar solitario o en pareja.

1 comentario:

Fab dijo...

yyyyyy esa era la "brujita" que no podía ver!!! interesante ave, abrazos